El Miedo Primera Parte
El miedo según el diccionario de la Real Academia Española es la perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o daño real o imaginario”. Hay teorías psicológicas que lo abordan, así como estudios científicos.
Hay muchos que dicen que el miedo es tan solo una reacción física, cuando esa reacción física produce algún tipo de inconveniente en nuestra vida, tendremos que controlarla; si no, no tiene mayor importancia.
Miedo es el nombre que se le da a una reacción física. Si se desea controlarlo, hay que aprender a no mover el cuerpo, es decir, a no expresar el miedo.
No se trata de ocultarlo o reprimirlo, simplemente de a no expresarlo mediante el movimiento corporal; entonces nos estamos enfrentando a él y de manera natural aprenderemos a controlarlo.
El miedo, como contrapunto de la felicidad, bloquea la plenitud de la existencia del ser humano. Su raíz se da en la lucha constante entre la luz y las tinieblas en la vida personal de cada uno.
El miedo y la angustia son connaturales a la existencia humana y causa de un proceso de inseguridad, que lleva a la timidez, al temor y un conjunto de complejos que limitan al hombre quitándole el sentido de la vida y del futuro.
El miedo tiene una función: nos señala la dirección del crecimiento. Nos hace ver las fronteras, el territorio no conquistado de nosotros mismos. Conquistamos esos terrenos oscuros dentro de uno, lo que nos hace crecer, no sólo a nosotros sino también a los demás. Poco a poco vamos conquistando el reino del amor, la esperanza, la plenitud, la intuición de felicidad, que son la cara opuesta del miedo, la angustia y la tristeza.
¿Cómo descubrimos nuestros miedos? Muchos de ellos los conocemos muy bien, pero otros son inconscientes. Estos últimos se nos revelan en los sueños, sobre todo en aquellos sueños repetitivos que nos están indicando que hay algo en nosotros que nos hace daño y hay que arreglar. Debemos recordar que la emoción negativa del miedo se graba incluso en el cuerpo.
Hay una dimensión corporal, somática: el miedo se fija en cada célula del cuerpo.Si enumeráramos las diferentes clases de miedos no terminaríamos fácilmente; nombraremos sólo algunos: miedo a la muerte, al dolor, a la soledad, al rechazo, al sufrimiento, al futuro, a la incomprensión, al castigo, a lo desconocido, a las restricciones, a la escasez, etc.
Lo importante es conocer cuáles son nuestros miedos y liberarnos de ellos para lograr en plenitud el proyecto divino en cada uno de nosotros.Es necesario distinguir entre miedo y angustia: «Lo primero es una reacción defensiva de tipo psico-afectivo, frente a una situación que se capta como amenazante. Pareciera que miedo y angustia fueran la misma reacción, pero no es así.
El miedo tiene un objeto preciso, en cambio la angustia es difusa, es más bien una reacción que se queda en lo interno».«El temor, espanto, pavor, terror, pertenecen más bien al miedo; la inquietud, la ansiedad, la melancolía, más bien a la angustia.
El primero lleva hacia lo conocido, la segunda hacia lo desconocido.»Pero, a diferencia de lo que muchos puedan pensar, el miedo es también positivo, Frente a hechos reales que en sí son amenazantes, el hombre debe defender su propia integridad física o psicológica, y es el miedo el que gatilla la acción.Incluso la angustia es un mecanismo que el hombre tiene para no deshumanizarse, Según Freud, el «yo» segrega la angustia ante el conflicto en forma inconsciente, y es el conflicto a su vez, el que hace crecer al ser humano. Esta reacción es una especie de luz roja que se enciende ante el peligro de deshumanización, en el que el hombre no enfrentaría los conflictos.
¿Cómo podemos librarnos del miedo? Según Assagioli, existen dos grupos de medios: los psicológicos y los espirituales, los cuales actúan a distinto nivel, por lo que es aconsejable que se usen conjuntamente.
1 .- Métodos psicológicos:
-a)Uso de la mente - Reflexión - Persuasión.
2.- Psicoanálisis. La exploración del inconsciente. Hallar las raíces del miedo y llevarlas a la luz de la consciencia.
3.- Desvío y sustitución por medio de:
a) Actividades físicas y deportivas.
b) Dirigir la atención hacia otros puntos.
c) Utilizar el humor. Esto puede resultar muy eficaz.
d) Cultivar emociones positivas y dinámicas: valor, alegría, etc.
4.- Ejercicios psicológicos.
a) Sugestiones y afirmaciones.
b) Entrenamiento mediante la imaginación
2.- Métodos espirituales.Cualquier miedo está basado en la ignorancia o en el error, y puede ser vencido fácilmente por la luz de la verdad y mediante la realización espiritual.
Recapitulando, decíamos anteriormente que el peor enemigo de la felicidad es el miedo.
Es por miedo que deseamos aferrar la felicidad y ella se nos escapa de las manos. Es el apego a las cosas que creemos que nos proporcionarían felicidad lo que nos hace sufrir porque el apego es miedo y el miedo es un impedimento para amar. El enemigo del amor no es el odio, sino el miedo: el odio es sólo una consecuencia del miedo. Odia el que teme, el que nada teme se siente seguro y en esa seguridad goza de libertad interior, pudiendo irradiar paz, alegría y amor.
Hay muchos que dicen que el miedo es tan solo una reacción física, cuando esa reacción física produce algún tipo de inconveniente en nuestra vida, tendremos que controlarla; si no, no tiene mayor importancia.
Miedo es el nombre que se le da a una reacción física. Si se desea controlarlo, hay que aprender a no mover el cuerpo, es decir, a no expresar el miedo.
No se trata de ocultarlo o reprimirlo, simplemente de a no expresarlo mediante el movimiento corporal; entonces nos estamos enfrentando a él y de manera natural aprenderemos a controlarlo.
El miedo, como contrapunto de la felicidad, bloquea la plenitud de la existencia del ser humano. Su raíz se da en la lucha constante entre la luz y las tinieblas en la vida personal de cada uno.
El miedo y la angustia son connaturales a la existencia humana y causa de un proceso de inseguridad, que lleva a la timidez, al temor y un conjunto de complejos que limitan al hombre quitándole el sentido de la vida y del futuro.
El miedo tiene una función: nos señala la dirección del crecimiento. Nos hace ver las fronteras, el territorio no conquistado de nosotros mismos. Conquistamos esos terrenos oscuros dentro de uno, lo que nos hace crecer, no sólo a nosotros sino también a los demás. Poco a poco vamos conquistando el reino del amor, la esperanza, la plenitud, la intuición de felicidad, que son la cara opuesta del miedo, la angustia y la tristeza.
¿Cómo descubrimos nuestros miedos? Muchos de ellos los conocemos muy bien, pero otros son inconscientes. Estos últimos se nos revelan en los sueños, sobre todo en aquellos sueños repetitivos que nos están indicando que hay algo en nosotros que nos hace daño y hay que arreglar. Debemos recordar que la emoción negativa del miedo se graba incluso en el cuerpo.
Hay una dimensión corporal, somática: el miedo se fija en cada célula del cuerpo.Si enumeráramos las diferentes clases de miedos no terminaríamos fácilmente; nombraremos sólo algunos: miedo a la muerte, al dolor, a la soledad, al rechazo, al sufrimiento, al futuro, a la incomprensión, al castigo, a lo desconocido, a las restricciones, a la escasez, etc.
Lo importante es conocer cuáles son nuestros miedos y liberarnos de ellos para lograr en plenitud el proyecto divino en cada uno de nosotros.Es necesario distinguir entre miedo y angustia: «Lo primero es una reacción defensiva de tipo psico-afectivo, frente a una situación que se capta como amenazante. Pareciera que miedo y angustia fueran la misma reacción, pero no es así.
El miedo tiene un objeto preciso, en cambio la angustia es difusa, es más bien una reacción que se queda en lo interno».«El temor, espanto, pavor, terror, pertenecen más bien al miedo; la inquietud, la ansiedad, la melancolía, más bien a la angustia.
El primero lleva hacia lo conocido, la segunda hacia lo desconocido.»Pero, a diferencia de lo que muchos puedan pensar, el miedo es también positivo, Frente a hechos reales que en sí son amenazantes, el hombre debe defender su propia integridad física o psicológica, y es el miedo el que gatilla la acción.Incluso la angustia es un mecanismo que el hombre tiene para no deshumanizarse, Según Freud, el «yo» segrega la angustia ante el conflicto en forma inconsciente, y es el conflicto a su vez, el que hace crecer al ser humano. Esta reacción es una especie de luz roja que se enciende ante el peligro de deshumanización, en el que el hombre no enfrentaría los conflictos.
¿Cómo podemos librarnos del miedo? Según Assagioli, existen dos grupos de medios: los psicológicos y los espirituales, los cuales actúan a distinto nivel, por lo que es aconsejable que se usen conjuntamente.
1 .- Métodos psicológicos:
-a)Uso de la mente - Reflexión - Persuasión.
2.- Psicoanálisis. La exploración del inconsciente. Hallar las raíces del miedo y llevarlas a la luz de la consciencia.
3.- Desvío y sustitución por medio de:
a) Actividades físicas y deportivas.
b) Dirigir la atención hacia otros puntos.
c) Utilizar el humor. Esto puede resultar muy eficaz.
d) Cultivar emociones positivas y dinámicas: valor, alegría, etc.
4.- Ejercicios psicológicos.
a) Sugestiones y afirmaciones.
b) Entrenamiento mediante la imaginación
2.- Métodos espirituales.Cualquier miedo está basado en la ignorancia o en el error, y puede ser vencido fácilmente por la luz de la verdad y mediante la realización espiritual.
Recapitulando, decíamos anteriormente que el peor enemigo de la felicidad es el miedo.
Es por miedo que deseamos aferrar la felicidad y ella se nos escapa de las manos. Es el apego a las cosas que creemos que nos proporcionarían felicidad lo que nos hace sufrir porque el apego es miedo y el miedo es un impedimento para amar. El enemigo del amor no es el odio, sino el miedo: el odio es sólo una consecuencia del miedo. Odia el que teme, el que nada teme se siente seguro y en esa seguridad goza de libertad interior, pudiendo irradiar paz, alegría y amor.
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